15 abr 2012

Once upon a time..

Un instituto, más bien, un colegio privado, ya que es así como prefieren llamarlo. Chicas separadas de chicos, chicos separados de chicas, y todos y cada uno de ellos con uniforme. Allí estaba ella, incomprendida y sin querer ver donde se encontraba, rebelde, orgullosa. Solo dejaba lucir el polo blanco y aquellos horribles pantalones de chándal de todo su uniforme, pasiva, al fondo de la clase y separada de aquellas dulces niñas de papá. Y allí estaba ELLA, dulce, suave, pero a la misma vez pícara, tenía esa esencia que le separaba de todas aquellas pijas, sin embargo, aquella chica rebelde, Carol, no era capaz de llamar su atención. Ángela era una chica que no podía hacer otra cosa que acabar de estudiar, con un claro gusto por los hombres y totalmente distinto al de Carol. 


Pero Carol, a mediados del curso ya no podía reprimir más lo que sentía, por lo que en Diciembre, hablando en el recreo con un chico, lo confesó, sin tener mucha idea de quien era, pues solía fumar marihuana para aguantar las clases.


Ni dos horas más tarde, cuando ese chico llevaba a Ángela a su casa, no pudo evitar decírselo, los sentimientos de Carol le habían chocado y necesitaba que ella supiera toda la verdad. 


- Dice que se enamoró de tu sonrisa. 
- Eso es imposible, ella es una chica.
- Es una chica, pero es una chica que te ama.


A partir de ese día, Carol notó a Ángeles diferente, hasta que se dio cuenta de que algo había llegado a ella, y decidió evitarle, caminar por distinto lado en los pasillos, dañarse por no mirarle.
Lo que no se esperaba, era que en una de las clases que ella se metía en el baño para no ir, Matemáticas, apareciera ella, lavándose las manos. 


Algo se accionó, "ahora o nunca" - Pensó Carol.- Y caminó hacia ella, sin mediar palabra alguna, elevando uno de sus brazos, por su diferencia de altura, quedando pronto pegada al cuerpo de aquella chica a la que amaba, y acariciando su mejilla, despacio, llegando a la comisura de sus labios para pronto, acercar la cabeza a ella. Ángeles, petrificada no supo como reaccionar, solamente oía en su cabeza  "es una chica pero te ama, es una chica pero te ama, es una chica pero te ama " . Eso fue lo que le hizo cerrar los ojos, y de repente, notó sus labios. Fue extraño, suave, una caricia por parte de ella sobre su boca, pero las dos volvieron a hacerlo, una y otra vez. Sonó el timbre, y entonces, antes de que Ángeles se fuera, ruborizada, cogió su mano y dijo : 


- Quédate conmigo una hora más.
- ¿Solo? Me quedaría a vivir contigo en este puto baño.

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